lunes, marzo 10, 2014
miércoles, marzo 05, 2014
H5 DE IGEO PUBLICADO EN EL CLARÍN CIUDADES
Hacia una vivienda integral
POR BERTO GONZÁLEZ MONTANER *
El déficit habitacional disparó modelos de estructuras con soluciones novedosas.
05/03/14
Semanas pasadas, con motivo del déficit del parque edilicio educacional, tuvieron gran protagonismo dos tipologías edilicias relativamente nuevas: las llamadas aulas “durlock” y las aulas contenedor. Aportando datos para la polémica que desataron en esta misma columna, Miguel Jurado mostró notables ejemplos de lo que se puede hacer con el reuso de contenedores marítimos, un recurso que abunda en la Argentina.
Sin embargo la crisis de recursos físicos no solo ataca el campo de la educación. También a fin de febrero volvieron las tomas de terrenos en el sur porteño alertando una vez más sobre el déficit habitacional. Como decía Alejandro Aravena, un prestigioso y joven arquitecto chileno que inventó una fórmula exitosa para enfrentar estos problemas, “es imperioso que los mejores profesionales se dediquen a proyectar la vivienda social; para los mediocres están los museos”. Aravena con su grupo Elemental (como el de Watson) se dio cuenta que era mejor gastar la plata en darle a la gente la parte cara de la casa, es decir la envolvente y los servicios, ya que el resto se lo pueden ir haciendo solos con sus ahorros.
En esta línea el Instituto de Investigación en Diseño y Georeferenciación (IGEO) de la Facultad de Arquitectura, Diseño, Arte y Urbanismo de la Universidad de Morón, liderado por el arquitecto Alejandro Borrachia, viene desarrollando un nuevo tipo de sistema constructivo que intenta dar respuestas a familias de bajos ingresos y aportar una alternativa a los sistemas constructivos tradicionales usados por los planes de vivienda. Una solución que busca responder a la premisa de ser ambiental, social, cultural y económicamente sustentable.
El sistema Hábitat 5 es un prototipo de vivienda experimental derivado del Sistema Modular de Construcción en Madera que parte de la idea de involucrar a la comunidad y de utilizar recursos renovables en la fabricación de la vivienda. La pieza principal es un “ladrillo”, pero no el tradicional de arcilla que se vende en corralones, si no hecho con madera, de forma triangular y de fácil producción en talleres familiares. Mediante el apilamiento de estos ladrillos se levantan las paredes del módulo. El básico, pensado como hábitat de una familia, es un prisma rectangular de 60 metros cuadrados pero además admite otras configuraciones y el crecimiento de sus habitaciones.
La estructura se completa con columnas y vigas de madera. Y una plataforma que sobrevuela el terreno. Además de contar con sistemas pasivos de acondicionamiento, Hábitat 5 tiene otras innovaciones: calefacción y refrigeración por geotermia, calentamiento de agua por energía solar y acumulación de agua de lluvia para riego y para servicios.
La cubierta es una terraza accesible que tiene previsto funcionar como terraza jardín o terraza huerta orgánica permitiendo colaborar con el autoabastecimiento de sus habitantes y mejorando el comportamiento térmico del interior de la casa. Pero no solo eso, también los muros exteriores pueden colaborar con la alimentación y la economía familiar. El “ladrillo triangular de madera” tiene la virtud de que puede rellenarse con diferentes materiales según el clima y los recursos con que se cuente en el lugar. Y también admite albergar desde cultivos verticales a apicultura especial de abejas no agresivas al ser humano cuya miel es comercializable.
Hasta hace poco este módulo Hábitat era una maqueta experimental en escala real que concitaba la curiosidad de los visitantes de las exposiciones. Ahora se está poniendo a prueba en el mundo real. Por encargo de la Secretaría de Planificación Estratégica y Administración General del Municipio de Morón, el IGEO construyó el Hábitat 5 en el Polo Deportivo y Recreativo de Morón, en la Reserva ecológica de la ciudad.
Para el arquitecto Alejandro Borracchia, impulsor del proyecto “es una obra construida pero también un modelo de gestión y participación que, involucrado con los procesos de desarrollo de la vivienda social, resuelve temas complejos de las sociedades.” La idea es que con una visión holística, esta “vivienda” no sea solo una respuesta al ser humano sino al hábitat general. Y arriesga: “Con este tipo de soluciones podemos darle vivienda a 1 millón de personas.” *Editor General ARQ
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