Reflexiones post CREA 5 y taller PROCESOS (grado cero)
Por Alejandro Borrachia
Hay veces en las que la sola arquitectura , por mucho que pretenda abarcar, no basta; hay veces en las que se necesita tomar distancia, dejar de practicarla, de endiosarla, para poder hablar de ella, para poder criticarla, discutirla, justificarla, reflexionarla. Hay veces en las que si todo esto sale bien, hablar de arquitectura se transforma en una mera excusa para poder tocar otros temas aún más interesantes; el futuro de la disciplina, nuestro rol como profesionales, el tema de la enseñanza, la manera que tenemos de escuchar, opinar, aprender, el tema de las carencias de nuestras sociedades, sus miedos, sus posibles destinos, la noción de identidad, el sentido de pertenencia, los orígenes, los pueblos, la política, la naturaleza de las cosas, etc, etc...
Cuando estas discusiones aparecen, con la potencia de mucha gente participando, la arquitectura crece, se vuelve compleja, se dignifica, cualifica y a veces se revisa, en beneficio de las sociedades a las que esta pretende servir. Es en esos momentos, difíciles de alcanzar por cierto, en los que también los seres humanos crecemos, nos nutrimos, relacionamos y podemos medirnos en el interés del prójimo.
Este tipo de alquimias, que sólo pueden recrearse con mecanismos muy complejos, se suceden naturalmente y año tras año en el Congreso Rosarino de Estudiantes de Arquitectura (CREA) organizado por la agrupación ÁREA dentro de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario y ciertamente se sucedieron en el taller al que denominamos "PROCESOS (grado cero) , Acerca del concepto - el método y la coherencia proyectual"; Taller coordinado por quién escribe y Daniel Moreno Flores, en el que al parecer, y bajo la luz de los hechos, participaron sólo aquellos interesados en proponer cambios y reconocer diferencias, para comprender que no existe una sola mirada, ni un sólo punto de vista, en el abordaje de los problemas relacionados con la arquitectura.
Desde los organizadores sólo queda agradecer; sobretodo a ÁREA, a Rafael iglesia, a Marcelo Villafañe, a Palumbo, a los profesores de la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño de la UNR, Juan Manuel Rois, Franco Piccini y otros; a Leonardo Codina, a Longhi, a Benjamín García Saxe, Santiago del Hierro y demás invitados del CREA, a los alumnos de orígenes diversos , y a todos los que decidieron sumarse en esta construcción de conocimiento anárquica que duró sólo dos tardes muy intensas y que esperamos poder repetir en algún momento. No sólo con el afán de seguir aprendiendo, sino también con el deseo de volver a encontrarnos con aquellos a los que ya consideramos amigos .
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